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Con información de Excélsior | Puebla. | 31 Jul 2025 - 11:14hrs
Luego de permanecer cinco días en el Servicio Médico Forense (SEMEFO), los restos de María de Jesús Mundo, conocida por haber habitado la sala de espera de la CAPU durante tres años, fueron entregados a su hija mayor, quien viajó desde Cuernavaca para identificarlos y realizar los trámites correspondientes.
María de Jesús Mundo falleció el pasado 24 de julio en la sala de espera donde vivió durante tres años en condiciones precarias, luego de haber sido desalojada de su vivienda en Tehuacán. Su caso se hizo viral por la esperanza que mantenía de que su hija acudiría por ella.
El cuerpo fue reclamado el lunes 28 de julio en el Servicio Médico Forense por una mujer que se identificó como su hija, aunque no se ha confirmado oficialmente si se trata de la persona que ella esperaba.
Trámites y despedida
Fuentes cercanas al caso informaron que los trámites se extendieron durante cinco días debido a los requisitos legales. En ese periodo, el cuerpo de María de Jesús permaneció bajo resguardo, sin que se conociera oficialmente la identidad de sus familiares.
La Fiscalía General del Estado confirmó que el cuerpo fue entregado el martes para su sepultura.
Hasta el momento, no se ha informado si existe alguna investigación relacionada con el posible abandono de la mujer, quien vivió a la intemperie en instalaciones públicas por un periodo prolongado.
Los últimos años de vida de Doña Mary en la CAPU
Sentada en una banca de la Central de Autobuses de Puebla (CAPU), con su bastón y una pequeña bolsa de pertenencias, Doña Mary se convirtió en un símbolo de abandono y resiliencia. Durante más de tres años vivió en ese espacio público esperando a que sus hijos regresaran por ella.
La mujer narraba que su hija Alma le prometió volver tras migrar a Estados Unidos. Esa esperanza la sostuvo día tras día. Rechazó albergues, ayudas institucionales y traslados, convencida de que su familia la buscaría algún día.
En condiciones precarias, Doña Mary subsistía gracias a la solidaridad de comerciantes y pasajeros. A pesar de sus evidentes problemas de salud, como dificultades al caminar, infecciones urinarias y deterioro emocional, se negaba a ser exhibida o grabada.
El Sistema DIF emitió boletines para localizar a sus tres hijos: Víctor Manuel, Marina Guadalupe y Alma. Ninguno respondió. La historia se viralizó en redes sociales, generando indignación y empatía, pero no logró reunirla con su familia.