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Noreste | Ciudad de México. | 05 Nov 2025 - 10:47hrs
Un exhaustivo análisis de ADN mitocondrial antiguo ha refutado la hipótesis de que una inmigración a gran escala desde el centro de México fuera el principal catalizador del auge poblacional de Paquimé, la urbe más representativa de la cultura Casas Grandes en Chihuahua. Los resultados indican que no hubo un reemplazo genético significativo entre sus habitantes a lo largo del tiempo, sugiriendo que su crecimiento fue impulsado por factores internos.
El proyecto de investigación, avalado por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue liderado por el arqueólogo del INAH José Luis Punzo Díaz, en colaboración con Michael T. Searcy y la antropóloga molecular Meradeth Snow, de las universidades estadounidenses de Brigham Young, Oklahoma y Montana, respectivamente.
El artículo, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., examinó colecciones óseas del Museo de las Culturas del Norte. Se tomaron muestras de dos periodos: el sitio Convento (Periodo Viejo, 700-1200 d.C.) y Paquimé (Periodo Medio, 1200-1450 d.C.), ambas excavadas originalmente por Charles DiPeso.
Se analizaron datos genéticos mitocondriales de 114 individuos. El ADN mitocondrial, al heredar linajes directos de herencia femenina, fue clave para evaluar el desplazamiento poblacional.
«Al examinar ambos lapsos, buscamos identificar si hubo un cambio genético en la población desde el periodo previo, a la ocupación posterior de Paquimé, lo cual podría explicarse por una gran inmigración,» señaló el arqueólogo José Luis Punzo.
Los datos arrojaron una correlación directa entre los periodos Viejo y Medio, lo que indica una continuidad genética durante aproximadamente siete siglos (700 a 1400 d.C.).
Paquimé, que en su apogeo hacia el año 1200 d.C. albergó una población de aproximadamente 3,500 habitantes, se erigió como la urbe prehispánica más grande entre las culturas del desierto.
Anteriormente, la teoría de la migración, propuesta por Charles DiPeso, sugería que Paquimé fue fundada por un grupo proveniente de Mesoamérica como un centro estratégico para el comercio. No obstante, el nuevo estudio genético contradice esta idea de un reemplazo poblacional significativo.
La falta de distinción genética (misma continuidad de haplogrupos y haplotipos) demuestra que el crecimiento poblacional y los cambios culturales que llevaron al florecimiento de la Tradición Casas Grandes (extendida en Chihuahua, Sonora, Nuevo México y Arizona) fueron predominantemente internos.
Este hallazgo refuerza el modelo que defiende un clímax local para el desarrollo de la ciudad, al desestimar la migración a gran escala como el principal motor de su auge como centro político-ceremonial.