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Gabino Escamilla Hernández | Cazones | 12 Nov 2025 - 12:15hrs
A más de 30 días del desbordamiento del río Cazones que provocó la inundación de gran parte de la cabecera municipal, así como de varias comunidades, los habitantes de diferentes comunidades rurales permanecen prácticamente incomunicados. La fuerte corriente del río dejó fuera de servicio la conocida "Balsa Paquita", ubicada en la comunidad de Bajo Grande, lo que ha complicado el tránsito entre comunidades.

Ante esta situación, los propietarios de la “Balsa Paquita” implementaron desde el primer momento el cruce del río mediante pequeñas lanchas, las cuales se han convertido en el principal medio de transporte para los vecinos de La Encantada, Coyol Norte, La Ceiba, Chaparrales y otras comunidades. Gracias a este servicio, los pobladores pueden trasladarse a la cabecera municipal para realizar sus actividades cotidianas.
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Sin embargo, la afectación no solo ha sido en la movilidad de las personas, sino también en la economía local. Los pequeños productores y campesinos enfrentan serias dificultades para sacar sus productos, ya que se ven obligados a utilizar rutas alternas de varios kilómetros, lo que incrementa los tiempos y costos de traslado.
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A esta problemática se suma el mal estado de los caminos, deteriorados por las recientes lluvias. Las vías rurales se encuentran llenas de baches y lodo, lo que complica aún más el paso de vehículos de carga y retrasa la distribución de los productos agrícolas hacia los mercados y la cabecera municipal.

Los pobladores hacen un llamado a las autoridades municipales y estatales para que se atienda esta situación lo antes posible. Solicitan la reparación o sustitución de la “Balsa Paquita” y el mejoramiento de los caminos rurales, con el fin de restablecer la comunicación y permitir que las comunidades afectadas puedan retomar su ritmo normal de vida y trabajo.